Reinserción Laboral Exitosa
Yo soy una persona súper culta y despierta, no se me va ninguna. Pero el problema es que me falta la base. Éramos 10 hermanos bien solos, mi madre trabajaba todo el día y me puse a robar de por imitación de los mayores del barrio.
Cuando salí de la cárcel estaba deprimido, pero gracias a CoArtRe conocí una nueva vida. Significó una puerta, una mano, un salario y además hizo afluir ese ser bueno que había dentro de mí. Me gusta trabajar en el mundo real, porque me siento alguien. Me gusta el yoga el yoga, porque me relaja”. Dentro de la cárcel nadie se rehabilita, es afuera cuando uno necesita más ayuda para introducirse al mundo laboral.˝
« Siempre me junté con delincuentes, aunque yo no delinquía. De los 18 en adelante comenzé a ingerir todo tipo de drogas. Me puse violento y cometí un error que pagué caro. El hecho de estar encerrado me afectó sicológica, física y mentalmente. Conocí CoArtRe a través de los talleres de teatro en la cárcel de San Antonio. Logré cosas que jamás imeginé, aprendí a expresarme y comunicarme. Para mí la coproración significa innovación, entretención, vocación, algo inexplicable que tuve la suerte de conocer ˝
Cuando chico nunca me faltó nada, pero me gustaba la adrenalina, el peligro, tomaba todo tipo de drogas y asaltaba. En la cárcel fui a varios talleres, pero nunca uno tan serio como el de CoArtRe. Estaba impresionado porque con la obra “Colina 1, Tierra de Nadie”, porque ya uno no salía en el diario pero no por haber robado, si no por haber actuado en una obra de teatro ¡Por nuestro trabajo!
Con CoArtRe conocí el mundo del arte, otra forma de ver la vida. Cada obra te enseña algo y antes a mí eso me era indiferente. Descubrí que trabajar en teatro es lo que realmente me gusta , así como también viajar y conocer nuevas culturas y con el teatro he podido realizar ese sueño”.
Yo nunca había pertenecido a la vida laboral, nunca he sabido lo que es tener responsabilidades, un horario. Me fui de la casa a los 8 años y vivía en la calle. Cuando salí de Colina , mi última condena, estaba de brazos cruzados, no era nadie, pero en CoArtRe encontré un ambiente de alegría que me hizo sentir confianza.
La Corporación significa todo para mí. Aprendí una nueva forma de relacionarme con los demás y me pude incorporar al mundo real. Gracias a CoArtRe es que no salí de un hoyo para volver a caer en otro”.